jueves, 20 de abril de 2017

DIARIO EN BOLIVIA; 20-04-2017 2:30h

El avión se sacude con fuerza y despierto intentando ubicarme, miro el reloj en mi teléfono, marca las 2:30h, me extraño un segundo y comprendo que se ha cambiado la hora y ya vivo con el horario de Bolivia ( seis horas menos que en España en ésta época, puesto que no tienen horario de verano ) Rápidamente mi cabeza calcula que ya me queda tan solo una hora de vuelo para llegar a Santa Cruz. No pienso en lo que ha quedado atrás, ahora mi preocupación es como poder hacer todas las gestiones en el aeropuerto lo antes posible. En mi anterior viaje tarde seis horas en salir del aeropuerto.
En Bolivia al igual que otros muchos otros países, la burocracia es lenta y compleja, pero hay una manera de evitar eso, seguir el juego de la corrupción que reina en la policía Boliviana, sólo debes tener a la persona adecuada para poder solucionar en diez minutos lo que normalmente pueden ser seis horas o incluso más. Y por eso yo sólo pensaba en bajarme del avión y encontrarme con Lucho


Nunca he conocido a nadie como Lucho, cercano, alegre, y el hombre que mejor conoce como moverse en el mundo de el soborno en Bolivia. Él puede conseguirte todo lo que quieras, bien puede ser con dinero, entradas de futbol o una noche con una chica, sabe perfectamente que ofrecer y a quien para conseguirlo todo. 

Salgo del avión, camino un pasillo, giro a la izquierda y bajo unas escaleras, levanto la cabeza y ahí estaba Lucho sonriendo y saludando a todo aquel que pasaba a su lado, pasajeros, policías... siempre con su saludo "hola amigo" al mismo tiempo que sonríe y levanta su mano abierta con dedos arrugados.  Al instante me ve y sonríe aún más y me grita desde el final de la escalera "hola amigo, que alegría verle de nuevo con nosotros" se acerca extendiendo los brazos y me abraza dándome palmadas en la espalda y acercándose a mi oido para susurrarme entre saludos "venga conmigo y no diga nada" A los diez minutos de ese saludo ya me encontraba en un taxi saliendo del aeropuerto con mi equipaje y mi visado en regla.  

Ya son cerca de las cuatro de la mañana, hay 24 grados, sentado en la parte de atrás del taxi con la ventanilla bajada fumando un cigarro voy por las calles de una Santa Cruz en silencio, vacía y pensando "ya estoy aquí y lo que me queda para hacer este recorrido en sentido contrario" Siento tristeza y con los ojos llorosos escucho la voz del viejo Lucho diciéndome "tranquilo amigo, en poquito tiempo le traigo para que regrese a su casa" Sonrío y mirándome me hace un guiño con su ojo ya medio cerrado.

2 comentarios:

  1. Tiene razón el Sr Lucho cuando te des cuenta estás de vuelta y mientras tanto tenemos el blog.Así todo te echaremos de menos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que lejos os tengo y al mismo tiempo que cerca os siento!!! Gracias!

      Eliminar